miércoles, 20 de marzo de 2013

Demons [Alex DeLarge]




Título en castellano: Demons
Título original: Dèmoni
Año: 1985
Director: Lamberto Bava
Reparto: Urbano Barberini, Natasha Hovey, Karl Zinny, Fiore Argento, Paola Cozzo, Fabiola Toledo, Nicoletta Elmi, Stelio Candelli, Nicole Tessier
Género: Terror
Subgénero: Gore, Sobrenatural, Monstruos
Sinopsis: Dos jóvenes deciden ir al preestreno de una película de terror y viven una auténtica pesadilla al quedarse atrapados en el cine con los demás espectadores.
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Crítica:
Ir al cine nunca será lo mismo. La efectiva saga de los Bava continua… en la figura de Lamberto, hijo de Mario. He de decir que el hijo del maestro no ha seguido sendas distintas a las de su padre pues en esta película se puede apreciar la continuidad cinematográfica del legado de su progenitor. Visto lo visto en esta película podría decirse que estamos presenciando el nacimiento de un buen director centrado en el terror tradicional manufacturado en nuevos envoltorios. No en vano el film está apadrinado por Darío Argento, colega de Mario y también gran especialista en lo suyo.


Nos encontramos ante una película bastante dinámica que no busca transcendencia ninguna, hecha con el firme propósito de entretener por todos los medios. Y vaya si lo hace, de hecho conforme el metraje va alcanzando su clímax y parece que los entes demoníacos de lo predecible y lo monótonamente rutinario van a apoderarse del destino de la historia, las fuerzas de la creatividad en el sentido más chusco de la palabra toman las riendas y se abren paso vertiginosamente para dar paso a las situaciones más irreverentes (y sí, paradójicamente, cómicas también).

Esto es serie B de la buena, pasaréis un buen rato visionando las andanzas de unos demonios con ganas de parranda dando por saco en un fantasmagórico cine lleno de los personajes más variopintos: negros con malas pulgas (definitivo prototipo del “bad motherfucker” que tendría su máximo exponente en Jules Winfield), colegialas saltándose las clases de piano buscando evasiones cinematógraficas (o maromos a los cuales agarrarse), jóvenes parejas de pipiolos embobados, madurines y madurinas hartos de la rutina matrimonial y hasta ciegos con acompañantes ninfómanas. Me encantó el detalle del principio en el metro cuando la aparente protagonista lleva su ejemplar del Mikrokosmos de Bartók, una pincelada que no suelo entontrar.

Como historia paralela a la “tragedia” se superponen las andanzas de 4 macarras encocados que van sin rumbo aparente hasta que por policiales circunstancias acaban en la boca del lobo (argumentalmente no tiene pérdida) aunque hay un par de gags divertidos.
Al inicio de todo la historia promete mucho pues el guión de Lamberto tiene mucho de autoparódico, no hay miedo a la crítica o al cliché y todo fluye con naturalidad aunque es cierto que hacia el final se vuelve algo forzado aunque no exento de sustancia. Otra cosa que es necesario saber es que no se sabe cómo mierdas se convierten todos los colegas en demonios, algo que no se explica muy bien (aunque a quién coño le importa en realidad).

Las interpretaciones son más o menos creíbles y conforme la histeria colectiva se va adueñando del siniestro emplazamiento el histrionismo va cogiendo protagonismo gradualmente (algo divertido de ver en una película de bajo presupuesto, cuando los actores tratan de mostrar lo que valen soltando tacos, haciendo heroicidades estériles o chillando poniendo cuantas más muecas mejor).

El maquillaje y los efectos especiales son efectivos pero modestos, todo lo realmente importante a nivel visual solamente se centra en los primeros planos, lo cual tiene su efecto en el momento pero probablemente a nivel más de visión de conjunto hubiera echado en falta algo más contundente y amplio.

La banda sonora me hizo mucha gracia pues el tema del inicio es un plagio descaradísimo del tema del Inspector Gadget y tiene un punto bastante chustero y descafeinado la inclusión de temas ochenteros variados como por ejemplo de Scorpions que dota al conjunto de coherencia temática. Los momentos de tensión están bastante conseguidos.

Moraleja: Si vais a esnifar coca evitad hacerlo en una lata vacía de Coca-Cola mediante una pajita, no vaya a ser que os cortéis con una tarjeta de crédito y tengáis que huir hacia un cine lleno de demonios sedientos de sangre (ah, se me olvidaba, nunca habléis con extraños en el metro).

Nota: 6,5

Por Alex DeLarge.

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