Troll Hunter [Alex DeLarge]

Título en castellano: Troll Hunter
Título original: Trolljegeren (Trollhunter)
Año: 2010
Director: André Øvredal
Reparto: Otto Jespersen, Hans Morten Hansen, Tomas Alf Larsen, Glenn Erland Tosterud, Johanna Mørck, Urmila Berg-Domaas, Robert Stoltenberg, Torunn Lødemel Stokkeland
Género: Terror, Fantástico
Subgénero: Monstruos, Falso Documental
Sinopsis: Falso documental noruego que narra la historia de un grupo de estudiantes que trata de destapar una conspiración del gobierno que implica a Trolls gigantes que viven en Noruega. Lo que nos propone el film es que el gobierno noruego ha estado ocultando el hecho de que existe una población secreta de Trolls viviendo en cotos de caza en la zona del polo norte del país, manteniéndolos seguros y alejando la atención pública del lugar y la posibilidad de que se desate el pánico masivo si la gente se entera de que estas criaturas son reales.
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Crítica:
André Øvredal, experimentado director de publicidad noruego, nos trae una singular puesta en escena bastante irregular que trata de rellenar agujeros del guión e inconsistencias narrativas con un arriesgado tono aventurero un tanto mareante.

Odio las comparaciones pero esta película es pariente directa de la americanada Cloverfield (2008), así como El Proyecto de la Bruja de Blair (1999) (por citar un par de ejemplos) y dado que las tres comparten la misma idea de crear una historia al límite pienso que deberían haber tenido en cuenta en primer lugar el extremo descuido de la cámara en mano (en el caso de Troll Hunter, que es la más reciente). Dan ganas de quitar la vista de la pantalla y descansar los ojos. Esta aparente hiperrealidad termina por no cuajar. Es más, para apostar por la hiperrealidad hay que ponerla a prueba en todos los aspectos cinematográficos y aquí el que más falla es el guión. Toman a la gente por borregos según parece. Un asunto de tal envergadura requeriría un desarrollo político y logístico mucho más complejo (mas la imagen del único cazador de trolls del país como icono del heroísmo nórdico era muy tentadora, lo sé).

Precisamente apostando por todo ello no queda más remedio que volcarse en el aspecto visual y de diseño que tanto gusta estos últimos 20 años. Pero eso es algo que ,cómo no, se han currado hasta el último detalle. El equipo de diseño de criaturas ha elegido unas opciones muy ochenteras lo cual me ha agradado sobremanera (los vanguardismos estéticos en el cine fantástico no han sido muy notables) y los efectos visuales pese haber tenido un presupuesto muchísimo más ínfimo que superproducciones como Cloverfield son muy realistas y se adaptan bien en la convulsa cámara (la única pega que le pondría es fichar por una parafernalia completamente digital).

En el ámbito interpretativo la falta de matices es inmensa. Hans el cazador parece hecho del mismo material del que están formados los trolls, unas expresiones pétreas cubren su semblante durante todo el metraje ya sea desayunando como un vikingo o enfrentándose a trolls del tamaño de la Giralda. El trío estudiantil que trata de hacerse con un buen material para su proyecto de carrera da el pego en las situaciones menos angustiosas pues cuando se trata de mostrar pánico o terror parece que no tenían el CGI en mente durante el rodaje.

Hay algunas escenas que logran mantener el interés por sus momentos de silencioso suspense y el tramo final verdaderamente se lleva la palma del conjunto. Se agradece que el señor Øvredal no haya enfocado una dirección videoclipera a lo Michael Bay y que el tono discreto de la cinta no adquiera proporciones épicas que estropeen el carácter escandinavo y sobrio.

Una película con sus momentos que no tiene mayores pretensiones. Eso sí, si queréis verla hacedlo antes de que Hollywood haga un remake, precuela o paridas similares que la estropeen (más).

Nota: 5,7

Por Alex DeLarge.